La desinformación y el discurso de odio son dos fenómenos que, aunque distintos, a menudo se entrelazan y pueden tener un impacto significativo en la sociedad.
La desinformación puede ser utilizada para propagar discurso de odio. Por ejemplo, se pueden difundir mentiras o estereotipos sobre un grupo específico para justificar actitudes hostiles o violentas hacia ellos. Las redes sociales, debido a su capacidad para amplificar mensajes rápidamente, se han convertido en un terreno fértil para ambos fenómenos.