Una aproximación desde la salud, la convivencia y la responsabilidad social
Niñas, niños y adolescentes crecen en un entorno digital que transforma sus formas de aprender, comunicarse y relacionarse. Comprender este impacto es clave para acompañarles con conciencia, responsabilidad y mirada crítica desde un enfoque de derechos.
UNICEF España, la Universidad de Santiago de Compostela, el Consejo General de Colegios de Ingeniería en Informática (CCII) y Red.es, dependiente del Ministerio para la Transformación Digital y la Función Pública, impulsan este proyecto de investigación para comprender la vida de niñas, niños y adolescentes en los entornos digitales, a través de tres informes que recogen la voz de familias, docentes y de casi 100.000 menores. En esta web podrás adentrarte en las cifras y los testimonios analizados.
A pesar de los avances en el uso responsable y la reducción de algunos riesgos online —como el descenso del ‘sexting’, el contacto con desconocidos o el uso del móvil en clase—, la generación hiperconectada sigue al límite: aumentan la ansiedad y la violencia digital.
Con la voz de casi 100.000 niños, niñas y adolescentes de España, este estudio se convierte en la investigación de mayor alcance a nivel mundial sobre el impacto de la tecnología en la infancia y la adolescencia, y trae propuestas concretas para impulsar la seguridad y el bienestar digital
El estudio es resultado del trabajo conjunto entre Red.es, Unicef España, Universidad de Santiago de Compostela y Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática
¿Cuál es la visión general del profesorado?
El aula es uno de los espacios donde con mayor claridad se reflejan los retos que afrontan las y los jóvenes. El profesorado es fuente fundamental para comprender qué ocurre en las aulas y cómo afecta la tecnología al desarrollo del alumnado.
Los y las docentes consideran prioritario abordar el impacto social de la tecnología, empezando por el ámbito educativo. En las fases más avanzadas, la presencia digital forma parte del día a día del alumnado y está plenamente integrada en el entorno escolar.
- El 90,5% considera que el mal uso de la tecnología puede llevar a conductas de riesgo online
- El 57,2% del profesorado aboga por prohibir móviles durante la jornada escolar
- El 28,2% de centros en España cuenta con un programa estructurado de prevención frente a los riesgos de la tecnología
Introducción al informe
La adolescencia es una etapa de transformación personal y social, caracterizada por una mayor vulnerabilidad emocional. En este contexto, la tecnología, ya integrada en la vida cotidiana y relacional, ofrece oportunidades, pero también exige gestionar con conciencia el tiempo y la exposición. El uso intensivo y la construcción de identidades digitales influyen en el equilibrio entre lo online y lo offline, y refuerzan la necesidad de una educación digital desde edades tempranas
El acceso al móvil y el uso de redes sociales son generalizados y se incrementan con la edad. En salud, los datos apuntan a una mayor vulnerabilidad emocional en la adolescencia, con diferencias por edad y género. La convivencia muestra luces y sombras: descienden algunas conductas de riesgo digital, pero persisten otras, como la violencia digital en la pareja, por ejemplo.
En el hogar parece haber más diálogo con las familias. Algo que debería continuar, y sumar cada vez mejores ejemplos por parte de las madres y padres delante de sus hijas e hijos. Consolidar una cultura de acompañamiento (en casa y en los centros educativos) es clave para reforzar la alfabetización digital, la educación afectivo-sexual y la prevención.
- El 84,2% de los chicos y las chicas tienen móvil propio
- Casi el 20% pasa más de 5 horas en redes sociales durante el fin de semana
- El 14,2% presenta malestar emocional
- 1 de cada 4 estudiantes puede estar sufriendo acoso escolar
- 10,8 es la edad media en la que niños y niñas acceden a un terminal móvil
¿Mejoran las cosas respecto a 2021?
Buena parte de los indicadores relacionados con riesgos en el entorno digital han descendido ligeramente y hace pensar en una progresiva toma de conciencia de la sociedad española, pero esto aún no es suficiente. Mantener e intensificar las acciones de educación digital, convivencia y apoyo emocional resulta clave para alcanzar un entorno digital seguro y buena higiene digital.